Nunca es tarde para aprender  

Vicente Herrera Márquez

Cuando comencé a escribir ya pintaba para viejo, mis sienes lucían pinceladas de invierno, más de algunos caminos andados ya habían dejado huellas en el rostro y también senderos en los pies.

Quizás no pude comenzar antes porque ese tiempo lo absorbió el estudio, el trabajo, los amores, la familia, los triunfos, las rupturas y los fracasos.

Cuando el ánimo inquieto se sosegó, cuando los ímpetus se ralentizaron, cuando los amores se distanciaron, cuando los finales se acercaron y cuando las herramientas propias de la vida se fueron desgastando, se dio la coincidencia de que las herramientas para escribir se modernizaron y las tecnologías digitales estuvieron al alcance de todos.

Ahí fue cuando todo se hizo más fácil y las letras guardadas, los versos escondidos y además muchas historias de vida disimuladas en los hombros y los bolsillos, comenzaron a revivir en el recuerdo queriendo ser entes reales y visibles, en la vorágine escrita del mundo actual.

En ese momento pude comprar un ordenador para mi uso exclusivo,  con él me sentí dueño del abecedario y del léxico del idioma castellano, y en complicidad con la noche, café bien cargado, el teclado y mucha voluntad recurrí a las letras pensadas y guardadas en los rincones de la memoria y como por arte de magia comenzaron a derramarse en la brillante pantalla e iniciaron su camino virtual enmarcadas en pixeles.

Al poco tiempo al café se agregó una copa de vino o de ron  –tal vez fueron dos o tres–  y fueron apareciendo nuevas letras libres que llegaron reunidas  en estrofas y también dispersas en el viento, pero de todas formas con los colores y sabores de cada una de las  etapas de mi vida.

Por el momento aún siguen apareciendo y se transforman en versos, en cuentos o en crónicas. Hasta cuando no sé, pero mientras la mente no divague en nebulosas  y la vista aliada a las falanges respondan  siendo secuaces en el intento, espero seguir escribiendo.

Incluido en el libro: Pinceladas de tinta, inquietudes, divagaciones y otros.
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