Prólogo

Vicente Herrera Márquez

Posiblemente las palabras que aquí escribo, a los ojos críticos de muchos,  no tengan real sentido o puede que las encuentren incongruentes o fuera de un contexto racional conocido o estudiado, pero cuando me pongo frente al teclado con ganas de escribir careciendo momentáneamente del influjo de las musas líricas que dictan prosa y/o poesía, nacen letras que se camuflan en el vapor del aperitivo o bajativo que en esos momentos me acompaña y al mezclarse con ideas y pensamientos guardados, comienzan a revolotear sobre el teclado.

De todas formas puede que sean letras y palabras con un pequeño aroma a alcohol, pero la verdad es que aunque sin la copa al lado igual así las pienso y por lo tanto así las escribo… claro que luego corrijo los errores de ortografía o sintaxis, pero no cambio el sentido de la frase u oración que nació originalmente y así, sin secuencia ni consecuencia y en el mismo desorden que van naciendo  las voy escribiendo.

Por otro lado pienso que como nadie, o muy pocos me leen, que importa lo que escribo y como lo escribo, si al final con el tiempo sólo van a servir para mi propia lectura en momentos de tedio, ocio y recuerdos, siempre que la vista me acompañe para leer y mi entendimiento o capacidades cognitivas puedan entender y explayarse  en aquello que en algún momento escribí.

Incluido en el libro: Pinceladas de tinta, inquietudes, divagaciones y otros.
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