Una suma de años

Vicente Herrera Márquez

Gracias a los amigos y familiares por recordarme que ya me gasté otro año de la cuenta que la vida me regaló al nacer.
Entre marzo y abril se van sumando mis años vividos o se van restando mis años de vida, porque hay dos fechas entre el 18 de uno hasta el 12 del otro mes, que por capricho de papeles legales, marcan un hito en mi camino desde el otoño de 1942.
Solo espero haber gastado bien este año en tangibles e intangibles, que no hayan sido sólo banalidades ni caprichos de momentos por entusiasmos desmedidos, enamoramientos pasajeros o calenturas efímeras. También espero que hayan dejado un delta de utilidad.
 
Sé que trabajé algo, comí más de lo recomendado, bebí lo acostumbrado y dormí más de lo debido. Amé mucho en silencio dentro de mi espacio imaginado, pero casi poco o algo de nada entre sábanas (Si hasta volvieron aquellos días de entusiasmo púber, sueños eréctiles…)
Bueno, aun así, con poco o nada igual estoy conforme por un año bueno, aunque con meses lindos entreverados con meses de nubes grises
.
Con su sabiduría el tiempo me enseño que la vida tiene espejo de dos caras y en las dos hay que aprender a mirarse tratando de verse lindo para cada ocasión que se presente.
También la moneda del destino tiene dos caras, a una la repletamos de planes mientras a la otra la vamos rayando con resignaciones.
Por otro lado estoy contento porque si bien no publiqué, escribí bastante. Escribí de esto, de aquello, de amores, de amigos idos también los vivos, de situaciones buenas alternadas con algunas malas, incluyendo todo lo que me vino al recuerdo rememorado por el albedrío de la mente, la cual de repente comienza a jugar a las escondidas e incluso con olvidos, olvidos que espero no dejen lagunas de  tiempos en blanco.

Hoy con el calendario marcando meses del 2018, con setenta más seis vividos, sigo en el camino esperando otros cuantos por andar. Me conformo con vivir plenamente los 365 días de cada año que venga o 366 si se presenta algún bisiesto, manteniendo el ánimo  para  escribir lo que quiera, pueda y se me ocurra.

Eso espero, vivir con tiempo cargado de ánimo para escribir enredándome en la intriga de un cuento o soñando entre los versos de un par de poemas de amor.

Incluido en el libro: Pinceladas de tinta, inquietudes, divagaciones y otros.
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